Las variables tipográficas son opciones que nos ofrece una misma familia para responder a las diferentes necesidades de la comunicación visual. Las utilizamos, entre otras cosas, para establecer distintos niveles de jerarquización dentro de un texto, para alterar el color, para cambiar el ritmo, etc.
Las variables tipográficas son elementos que, al pertenecer a un sistema, deben mantener parentesco formal con la familia de la que son parte. En general, actúan sobre la inclinación, el peso y el ancho de la letra.
Inclinación
Si las variables de eje modifican la inclinación de la letra, se cambia la estructura y surge una alteración en el ritmo. Algunas veces también puede afectar el color.
En algunos programas existe la función «itálica», que inclina todos los signos en un ángulo determinado, pero las itálicas no son solo eso y, además, no todas las letras deben tener la misma inclinación: en la versión itálica de una fuente, el diseño de los signos se ajusta para lograr otro color; normalmente, ocupa menos espacio que la versión normal y en ciertos casos (por ejemplo en las tipografías romanas y en algunas de palo seco) el diseño de los signos adopta características de cursiva. Para corroborarlo, veamos en el siguiente ejemplo cómo varía el diseño de los signos.
Peso
Las variables de peso afectan al trazo de los signos, lo cual puede dar lugar a pequeñas modificaciones estructurales. Lo que se altera principalmente es el color tipográfico, ya que cambia la relación entre el ancho del trazo y las contraformas de cada signo tipográfico.
Para usar una tipografía negrita o bold, hay que tener la variable correspondiente; no es conveniente convertir una fuente normal en negrita por medios electrónicos. La variable negrita está específicamente diseñada para funcionar como tal, en cambio a la variable construida digitalmente se le suma un contorno alrededor de cada signo, modificando las contraformas, los ajustes y —en el caso de las tipografías romanas— el contraste entre finos y gruesos de los trazos graduales.
Ancho
En las variables de ancho, se produce un cambio en la estructura de la letra tal que solamente se modifican las proporciones, aunque el trazo no varía. Se altera el rendimiento (en primer lugar) y también el color del texto.
Las fuentes condensadas y expandidas también están diseñadas especialmente, por eso tampoco debemos modificar el ancho por medios electrónicos, ya que se deforman los signos.
Esto es más notorio en tipografías de trazo uniforme: al condensarlas o expandirlas electrónicamente, perdemos la uniformidad del trazo.
Versalitas
Por último, dentro de esta descripción de variables, podemos mencionar también a las versalitas. Las versalitas son alfabetos con estructuras de mayúsculas, pero que mantienen la altura de los signos de caja baja. Nos servimos de esta opción, por ejemplo, si necesitamos utilizar mayúsculas y no queremos generar irregularidades en el color del texto.
En el gráfico, de arriba hacia abajo: la palabra compuesta en minúsculas, luego en versalitas y, finalmente, las versalitas «de máquina», que son una reducción de los signos al 75% de su tamaño. Entre los conflictos que esto presenta se puede mencionar: en primer lugar, las versalitas artificiales no tienen la altura de las minúsculas y, en segundo lugar, tampoco conservan el color de las mismas.
Los criterios mencionados en este apunte no son los únicos que se pueden tomar para decidir la creación de variables tipográficas, pero sí son los más utilizados.
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