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Tipos de libro

Elaboración: Natalia Pano

El libro como objeto seductor

Un libro es un bloque (o tripa) que está unido con guardas a unas tapas, que se elaboran por separado. Las páginas del libro pueden estar o no impresas y el método para unirlas puede ser el cosido o el adhesivo. La clase de encuadernación y los materiales empleados en ella y el grosor del libro en relación con el tamaño y proporciones de la página, afectarán decisivamente las cualidades del objeto y, en consecuencia, la impresión global que este produzca.

El “embalaje” del texto, además, modifica la manera en que será leído. El soporte modifica la relación que el lector podrá establecer con el texto. Un diario, por ejemplo, no se lee como un libro; una novela en formato de diario haría menos agradable su lectura.

En lo que a la tipografía respecta, estos aspectos no son irrelevantes. Por ejemplo, el hecho de que la publicación esté encolada o cosida, influirá en el tamaño del medianil, lo que consecuentemente repercutirá en la correcta o dificultosa visualización del bloque de texto.

Tipología de libros

El libro, en tanto objeto útil, está determinado por el tacto y la vista humanos. Esto marca ciertos parámetros iniciales respecto a su formato, grosor y peso. Además, el formato de libro se define por las tradiciones o corrientes de cada época, los formatos del papel y de la máquina de imprimir, pero fundamentalmente por su naturaleza o propósito.

Diferentes tipos de texto y sus correspondientes manchas tipográficas

¿Qué sentido tiene clasificar los libros? Las categorías que se describen a continuación, que no son únicas ni absolutas, nos ayudan a dividir un campo de conocimiento muy amplio en porciones manejables y nos proporcionan algunos criterios de análisis, para poder abordar el diseño de libros.

Tipos de libros

Libros de lectura prolongada (novelas y cuentos)

El formato en estos casos debiera ser “ergonómico”, relativamente pequeño y estrecho (debe poder sostenerse con una sola mano). El papel, suave, flexible y no muy pesado. Es conveniente también que no sea de un blanco deslumbrante. Se debe elegir un tipo de letra legible y un espaciado entre palabras y entre líneas suficiente (ni poco, ni excesivo). En cuanto a los caracteres por línea, entre 45 y 60 es una cantidad óptima. Es recomendable usar sangría para que puedan reconocerse fácilmente los párrafos. En cuanto a la compaginación, se deben evitar viudas y huérfanas. Puede suceder que al reacomodarse las líneas se gane o se pierda espacio. Debemos tratar de que esto no altere el registro, es decir, la concordancia de líneas a lo largo de las páginas.

Poesía

Se comportan como los textos de corrido, en cuanto a manejabilidad y legibilidad, pero es más compleja la distribución por páginas, ya que la poesía favorece una textualidad de tipo visualmente fragmentada.

En general suele variarse sutilmente el espacio que se deja entre el título y el poema. Para lograr un equilibrio en las dobles páginas, el poema suele colocarse centrado ópticamente con respecto al centro de la caja. Cuanto más dispares son los versos del poema más se dificulta mantener este equilibro. En tal caso, el diseñador de libros debe respetar los saltos de línea, sangrías y líneas que comienzan en mayúscula y minúscula estipulados por el autor.

Teatro: Guiones

Requerirán diferentes tratamientos si se trata de obras de teatro clásico o experimental. En cualquier caso, debe mantenerse la claridad mediante el uso de los recursos tipográficos para marcar las jerarquías y secuencias de lectura correspondientes y así evitar ambigüedades en la interpretación.

Literatura ilustrada

Exigen una estrecha cooperación entre el ilustrador y el tipógrafo. Es necesario que imagen y texto se conciban como un solo ente. A menudo, la tipografía debe encajarse en las ilustraciones y viceversa. Deben relacionarse de la mejor manera posible. Algunos recursos para lograrlo son: armonía, contraste, tamaño, posición y valor tonal.

Libros de arte

El tamaño y proporciones de las reproducciones deben ser lo suficientemente grandes como para poder apreciar los detalles. En consecuencia, los libros de este tipo suelen presentar dimensiones considerables. Un lector, sentado en una silla con el libro sobre la mesa, debería poder ver la totalidad de la imagen de un vistazo. Cualquiera sea el formato del libro, el tamaño del texto debe ajustarse a la distancia de lectura.

Informativos o de divulgación

Llevan fotos, esquemas y diagramas. Reúnen las problemáticas de los libros de texto e ilustraciones. Suele ocurrir que texto e imagen tienen la misma relevancia. Sin embargo, las imágenes no deben ser ni tan grandes como en un libro de arte ni tan pequeñas como en uno de texto.

Científicos

La obra erudita, que se dirige a lectores cuyo tiempo es precioso, comprende múltiples referencias tabulares: división en tomos, capítulos, secciones, folios explicativos, resúmenes introductorios, índice analítico, índice de nombres propios, apéndices y bibliografía. En su seno lleva párrafos, tablas, fórmulas, ilustraciones a color y blanco y negro (fotos, dibujos, mapas, diagramas), epígrafes, notas al pie, etc. En estos libros es muy importante lograr la diferenciación de las distintas partes y los distintos elementos a través de diferentes recursos visuales.

Libros de referencia o consulta

Es el caso de diccionarios, enciclopedias, guías de viaje, de museos, etc. El usuario busca una palabra clave en particular. La tipografía debe ser apta para encontrar lo que se busca al escanear la página (generalmente en sentido vertical). No se leen de corrido, aunque en ocasiones una entrada puede extenderse por varias columnas o páginas. Por ello es necesario tratar con cuidado los detalles del texto y apelar nuevamente a todos los recursos posibles para lograr la diferenciación.

Escolares

Que la lectura sea para menores y obligatoria demanda una claridad especial y exige cierto cuidado en la tipografía para volverla atractiva y motivar la lectura. Apelando al uso de las formas, colores, tipografía, imágenes, misceláneas, áreas de la grilla y espacios, podemos hacer la lectura más amena e interesante. Todos estos elementos deben estar en sintonía y aplicarse con coherencia para que los distintos niveles del texto puedan percibirse y distinguirse de un golpe de vista: texto principal, destacados, comentarios y ejercicios.

Infantiles

Pueden ser ilustración pura, con poco o algo de texto, según se trate de lectores principiantes o experimentados, preadolescentes, etc. En general, la ilustración predomina, y el texto es trabajado como un material visual cuyos bloques se unen con las ilustraciones sobre la superficie de la página. Se utilizan cuerpos grandes y fuentes de buena legibilidad (buena diferenciación entre los caracteres, buen espaciado). A medida que el lector es más hábil, el cuerpo de la letra puede reducirse.

Con frecuencia, los libros para niños no poseen paginación: el lector infantil no sabría que uso darle, dado que estos libros están destinados a ser recorridos de punta a punta o contemplados por sus imágenes.

Libros de bibliofilia (de lujo)

Frecuentemente, dejan de ser objetos funcionales y pasan a ser objetos de arte. En ellos conviven texto e imagen. La gran diferencia con los otros tipos de libro es el uso de materiales y procedimientos lujosos (papeles, encuadernación, tintas especiales, métodos de impresión) y el uso generoso del espacio. Se editan pocos ejemplares y el precio suele ser elevado.

Diseño integral

Cualquiera sea el principio de diseño que se siga, todos los componentes del libro deben descansar equitativamente sobre un plan unificado, para que los elementos iguales sean tratados de la misma manera de la primera a la última página.

Títulos y subtítulos, el espacio debajo del comienzo del capítulo, la interlínea, entre otros aspectos, son signos que comunican y ayudan a transmitir la atmósfera deseada, a la vez que cumplen funciones concretas dentro del libro (indican jerarquías).

Guardar una coherencia en el tratamiento de los distintos elementos no es solo una demanda estética, sino que es importante para la comprensión del texto. La manipulación de cualquier variable repercutirá sobre la textualidad y modificará la lectura que pueda hacerse de un texto determinado.

Bibliografía

  • HOCHULI, Jost; KINROSS, Robin. El diseño de libros: práctica y teoría. Editorial Campgrafic. 2005.
  • VANDERDOPE, Christian. Del papiro al hipertexto: Ensayo sobre las mutaciones del texto y la lectura. Fondo de Cultura Económica. 2003.

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