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Conceptos fundamentales

Elaboración: Pablo Cosgaya – Colaboración: Marcela Romero – Revisión: Natalia Pano

Este artículo tiene el propósito de repasar la información básica necesaria para el adecuado tratamiento de textos y la optimización gráfica de mensajes.

Familia tipográfica

Una familia tipográfica es un sistema de signos alfabéticos y no alfabéticos con características estructurales y estilísticas comunes, que permiten reconocerlas como pertenecientes a un mismo grupo.

Los signos alfabéticos que componen la familia tipográfica son las letras mayúsculas, mayúsculas acentuadas, minúsculas, minúsculas acentuadas y ligaduras mayúsculas y minúsculas. Los signos no alfabéticos son los números, los signos de puntuación y los signos comerciales.

Hay familias que tienen un tercer sistema: las capitalitas o versalitas, signos mayúsculos de menor tamaño que mantienen el color tipográfico de las minúsculas (a diferencia de una mayúscula reducida a la altura de x).

Cuerpo tipográfico

El concepto de cuerpo tipográfico está ligado a la técnica de impresión con tipos móviles. Es la medida vertical de la cara frontal del tipo, tomando el bloque de plomo completo. Esta medida incluye el área ascendente, la altura de x, la descendente y una pequeña separación (llamada hombro) para que no se toquen las descendentes de una línea con las ascendentes de la línea siguiente.

Al componer diferentes familias tipográficas en un mismo cuerpo, las alturas de x, de mayúsculas, de ascendentes y descendentes, pueden no coincidir. Esto se debe a que, si bien el tipo de plomo original tiene para todas el mismo cuerpo, cada familia fue diseñada con criterios diferentes.

Unidades de medición

Las unidades de medición tipográfica que se utilizan con mayor frecuencia se basan en dos sistemas: el angloamericano, de mayor difusión en el mundo debido a que en la mayoría de los programas de autoedición se toma como sistema patrón, y el sistema Didot, difundido en muchos países de Europa.

En los dos sistemas, la unidad de medida es el punto y se abrevia “pt”. Por lo tanto, dado que podemos confundir sistemas de medición diferentes, es necesario aclarar a cuál hacemos referencia: 12 pt angloamericanos conforman 1 pica, mientras que  12 pt Didot, 1 cícero. El punto angloamericano es ligeramente menor que el punto Didot.

Instrumentos de medición

Para medir el cuerpo antiguamente se empleaba el tipómetro, regla de metal o celuloide con series de muescas o líneas repetidas varias veces, separadas entre sí por valores fijos. Con este instrumento se miden los tipos de plomo, pero también se puede colocar sobre las líneas de texto hasta obtener por comparación y coincidencia el valor de separación entre líneas.

Otro instrumento útil, aunque actualmente se lo use poco, es una plancha de celuloide con grupos de letras impresos en distintos cuerpos (generalmente mayúsculas, minúsculas con ascendentes, descendentes y sin ellos) que se indican bajo cada grupo. Superponiendo la regla a los textos que debemos medir, se obtiene un valor aproximado de su cuerpo (esto varía mucho según las familias a medir).

En la actualidad, los programas de maquetación e ilustración miden la tipografía con una herramienta que tiene el aspecto de un cuadro o una paleta. El modo de uso es muy sencillo: se selecciona el texto a medir o modificar y se introduce el valor deseado en el casillero correspondiente.

Variables tipográficas

Las variables tipográficas constituyen alfabetos alternativos dentro de una misma familia, ya que mantienen el parentesco estructural y estilístico. Estas variables permiten resolver problemas de jerarquías y niveles de lectura dentro de un texto, al generar diferentes ritmos o pesos dentro de un mismo sistema de signos.

En principio, las variables afectan a la letra en tres ejes básicos:

  • En el peso (liviana o light, normal o regular, negra o bold, etc.).
  • En el eje de construcción (redonda, regular o roman e itálica, bastardilla o italic).
  • En el ancho (condensada o condensed, redonda o regular y expandida o extended).

El peso modifica el trazo de la letra y por lo tanto su color y el del texto; el eje cambia la estructura produciendo variaciones en el ritmo; el ancho, por último, modifica la estructura y produce cambios en el rendimiento del texto. El uso de una variable no excluye a las demás, sino que se pueden combinar entre sí.

A partir del surgimiento de sistemas tipográficos como Rotis y Stone (familias multiestilo que superan las barreras de los grupos clasificatorios), surge una nueva variable que podríamos llamar variable de estilo. La variable de estilo puede oscilar, por ejemplo, desde una palo seco a una romana, manteniendo los rasgos básicos fundamentales.

En la actualidad, existen familias con una amplia gama de variables de ancho y estilo, que permiten dar respuesta a las necesidades de jerarquización y comunicación de la pieza.

Interletra, interpalabra e interlínea

Se trata de medidas que forman parte de las características de la fuente, es decir, el diseñador tipográfico define estas medidas siguiendo los criterios estilísticos de la tipografía que creó. La interletra es el espacio que separa una letra de otra dentro de una palabra: debe ser suficiente para que cada signo se diferencie del siguiente y pueda leerse con comodidad. Si la interletra es poca, los signos van a tocarse; pero si es excesiva podría disgregarse la palabra. La interletra debe ser regular para que se establezca un ritmo de lectura fluido. Para esto, la separación entre los caracteres debe tener relación con el espacio interno de cada signo (contraforma). La interpalabra es el espacio entre las palabras de una línea de texto. Debe ser suficiente para que se diferencie una palabra de otra, pero no tanta como para que la línea se desintegre en palabras.

La interlínea es el espacio que existe entre las líneas de un texto. Se mide desde el apoyo de las letras de una línea (línea de base) hasta el apoyo de la línea siguiente. Si este espacio es demasiado pequeño, el bloque de texto se empasta, pero si es muy amplio se desintegra en líneas separadas.
Si la línea tiene muchas palabras (columna ancha), la interlínea deberá aumentarse un poco más de lo habitual para facilitar al lector la localización del inicio de la línea siguiente.

Interletra, interpalabra e interlínea
El interlineado tiene estrecha relación con la interletra y la interpalabra. Para una lectura cómoda, debe ser armónico. El color tipográfico queda determinado por el peso de los signos y los blancos internos del texto.

Como puede deducirse, interletra, interpalabra e interlínea están estrechamente relacionadas. La interpalabra debe ser mayor que la interletra para diferenciar una palabra de otra, pero no tanto como para perder la unidad de la línea y debe ser menor que la interlínea para que se reconozcan líneas horizontales y no empiecen a verse calles verticales.

A raíz de esta interrelación, puede decirse que no existe una interletra, ni una interpalabra óptima, sino que es la relación entre ellas dos y la de ellas con la interlínea lo que permite la fluidez adecuada de un bloque de texto.

Color tipográfico

Es la mancha gris que se percibe al ver los bloques de texto. Por lo dicho anteriormente, es fácil deducir que la interletra, la interpalabra y la interlínea están muy relacionadas con el color tipográfico.

Si la interletra, la interpalabra y la interlínea son estrechas, el bloque tendrá un color más oscuro. Por el contrario, si la interletra y la interlínea son amplias, el bloque de texto tendrá un color claro.
Como dijimos, el espaciado entre líneas y entre letras guarda relación con las contraformas de las letras: a contraformas abiertas y grandes, la tipografía deberá tener un interletrado abierto, que producirá un color acorde.

El color tipográfico dependerá además de otros factores como la familia tipográfica elegida y las variables utilizadas, lo cual debe ser tenido en cuenta por el diseñador al momento de elegir la familia.

El párrafo

Antes de ponernos a diseñar, hay que analizar el texto de la pieza de comunicación en la que vamos a trabajar. En esa lectura podremos descubrir una organización más o menos compleja, cuya unidad mínima de significado es el párrafo.

El párrafo es una unidad visual con una importancia suficiente como para presentarse aislado del resto del discurso. Por lo tanto, desde el punto de vista editorial, podemos afirmar que el párrafo es la unidad fundamental de una obra.

Atributos del texto

En la mayoría de los casos, las normas expresan criterios comunes para la mayoría de las personas. Sin embargo, esto no impide que podamos experimentar con ellas o desafiar sus límites.
Los atributos visuales del texto deben respetar su contenido, tener en cuenta los códigos literarios, etc. Pero la experiencia del diseñador, sumada al conocimiento de las normas, posibilita un tratamiento a la vez novedoso y funcional.

Marginados

Un texto marginado a la izquierda consiste en líneas de largo irregular con nacimiento en un eje establecido a la izquierda y un desflecado (perfil lateral) a la derecha, que debe ser controlado para evitar que las líneas queden muy parejas, demasiado dispares o se formen palabras malsonantes.

Este tipo de marginado es fácil de leer porque al finalizar una línea el ojo encuentra rápidamente el inicio de la línea siguiente, siempre en el mismo eje. Esto se debe al sentido de lectura occidental: de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo.

Un texto marginado a la derecha está formado por líneas de largo irregular que terminan en un eje establecido a la derecha y un desflecado por la izquierda. Estos textos son más difíciles de leer, porque el desflecado afecta el inicio de cada línea y se hace difícil ubicar su inicio.

Un texto centrado está formado por líneas de largo irregular ubicadas simétricamente respecto a un eje central. El texto queda desflecado hacia ambos lados y debe controlarse para que sea armónico. No es aconsejable para textos largos.

Un texto justificado o emblocado está formado por líneas que ocupan todo el ancho de la caja. En este tipo de composición, el interlineado y el interletrado deben controlarse con extremo cuidado. En la actualidad, la autoedición ha simplificado mucho esta engorrosa tarea. Es aconsejable practicar distintas configuraciones para resolver diferentes situaciones en un mismo texto. Para ello, el diseñador debe conocer a fondo los programas de autoedición.

Distintas alineaciones del bloque de texto
Las distintas alineaciones requieren diferente esfuerzos en la lectura. Asimismo el espacio se comporta de diferentes manera.

División de palabras al final de una línea

Los programas de autoedición justifican los bloques de texto separando o ajustando proporcionalmente el espacio entre letras y entre palabras, mediante lo que se obtiene líneas del mismo largo. Para evitar «ríos» o espaciados forzados que afectan el color uniforme del bloque, los programas colocan un guión en el punto de división de la palabra final de cada línea, lo que facilita la distribución de espacios regulares.

En las computadoras, el mecanismo de división automática de palabras (automatic hyphenation) suele estar pre configurado en inglés. Es necesario adaptarlo al silabeado en nuestro idioma, de acuerdo al programa con que estemos trabajando.

Algunos programas automatizan esta adaptación, como Spanish Hyphenation en QuarkXPress anterior a la versión 6. En otros casos solo hay que crear el documento y marcar «idioma español».

Como las reglas de división de palabras son distintas en cada lengua, es fundamental aprender qué reglas rigen el silabeado en el nuestro.

En español (o castellano) existen dos tipos de división, cada uno con defensores y detractores: la división silábica y la división etimológica, en la que las palabras formadas por [prefijo + raíz] se dividen siguiendo el método silábico como si fueran palabras sueltas.

Legibilidad

La legibilidad debe ser uno de los propósitos principales de un diseñador. Un texto legible no tiene por qué ser aburrido, esquemático o igual a todo lo que conocemos. Es fundamental tener presente, en primer lugar, el significado del texto con que trabajaremos y las intenciones del autor. También nos conviene conocer qué intereses tiene el público objetivo o potencial de la pieza que vamos a diseñar.

Uno de los errores más frecuentes de diseñadores inexpertos es el de anteponer sus propias intenciones estéticas o sus necesidades expresivas, dejando de lado los intereses del autor y del lector. En general, un texto es fácil de leer cuando «se vuelve transparente» a ojos del lector y permite que la obra fluya sin interferencias.

En su Diccionario de Edición, Tipografía y Artes Gráficas (DETAG), el tipógrafo y lexicógrafo español José Martínez de Sousa define los conceptos de legibilidad y lecturabilidad:

Legibilidad (i. Iegibility) Calidad de un texto impreso de ser fácilmente leído. La palabra legibilidad (a diferencia de lecturabilidad) se refiere a factores personales de índole somática principalmente (agudeza visual, capacidad, etcétera) y se juzga por las características externas de la publicación: clase de papel, tinta de impresión, tamaño, tipo y cuerpo de letra, longitud de la línea, espaciado de estas (interlineado), tamaño de las ilustraciones, etcétera (es decir, se refiere a la forma, no al fondo). […]

Lecturabilidad (fr. aptitude à la lecture; i. readability) Facilidad de comprensión e interpretación de un texto relacionada con el estilo y el argumento (es decir, con el fondo). […]

Ortografía para editores

Un buen diseñador (sobre todo si piensa dedicarse al diseño editorial) tiene que estar interesado por la gramática y especialmente por la ortografía, pues tiene la obligación de presentar sus textos con la mayor pureza y precisión, es decir de acuerdo con las reglas del lenguaje escrito. Además de estudiar y practicar estas reglas con frecuencia, es recomendable tener a mano diccionarios y manuales de consulta.

Sugerimos visitar el sitio web Unostiposduros.com y consultar allí el Tratado General de Tipografía que se publica en línea. Se recomienda especialmente el capítulo IX: Composición, espaciado y justificación de la línea.

Definiciones útiles:

Ortografía: conjunto de reglas y excepciones por que se rige la escritura de una lengua.

Ortotipografía: conjunto de reglas y excepciones ortográficas y tipográficas por que se rige la escritura y presentación de los elementos gráficos.

Bibliología: ciencia del escrito y de la comunicación escrita.

Lexicografía: técnica científica para el estudio y la formación de diccionarios.

Corrección de estilo: intervención de un especialista en un texto ajeno para enmendar los usos gramaticales que no se ajusten a las reglas de una institución normativa.

Corrección tipográfica: intervención de un ortotipógrafo en un texto compuesto o compaginado para enmendar los errores que contenga.


Bibliografía

  • DE BUEN UNNA, Jorge.  Manual de diseño editorial. 3.ª edición, corregida y aumentada. Trea Ediciones, España, 2009.
  • MARTÍNEZ DE SOUSA, José. Diccionario de Edición, Tipografía y Artes Gráficas. Gijón, Trea 2001.
  • MARTÍNEZ DE SOUSA, José. Diccionario de Tipografía y del Libro. Madrid, Paraninfo 1981, segunda edición.

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